Monday, June 18, 2007

I Know It's Over, as performed by Jeff Buckley




Hay veces que uno podría morir de una sobredosis de belleza. Hay canciones que existen más allá de la forma en que fueron grabadas por primera vez. Son maquinarias infinitas, que hacen posibles diferentes interpretaciones, que dependiendo de quién las exhume es la forma que tomarán, los colores que obtendrán, versiones que revelarán tonos que antes quizás parecían no estar ahí. Un buen cover es un acontecimiento raro, pero posible. Jeff Buckley, el cuatro de junio de 1995, grabó esta versión de la canción de los Smiths, y revela en la pieza la casi insoportable tristeza de este inclemente testimonio de nuestros tiempos. Una canción de amor como pocas porque evita la sensiblería corriente al mismo tiempo que no evita la expresión directa y simple. Una aceptación del fracaso implícito en el final del amor, una plegaria, un ruego, el canto arrodillado tras la derrota resignada. El llanto del héroe trágico que levanta los brazos al cielo y sabe que ha caído. Una canción difícil porque duele, porque no ofrece consuelo alguno.

Una canción de amor como pocas: un elogio, sí, de la finitud que nos define.



Wednesday, June 13, 2007

Books from Boxes, by Maximo Park (live acoustic)




"I am unpacking my library. Yes, I am. The books are not yet on the shelves, not yet touched by the mild boredom of order. I cannot march up and down their ranks to pass them in review before a friendly audience. You need not fear any of that... Instead, I must ask you to join me in the disorder of crates that have been wrenched open, the air saturated with the dust of wood, the floor covered with torn paper, to join me among piles of volumes that are seeing daylight again after two years of darkness, so that you may be ready to share with me a bit of the mood--it is certainly not an elegiac mood but, rather, one of anticipation--which these books arouse in a genuine collector."

-Walter Benjamin




"Tuesday night I reorganize my record collection; I often to this at periods of emotional stress. There are some people who would find this a pretty dull way to spend an evening, but I'm not one of them. This is my life, and it's nice to be able to wade in it, immerse your arms in it, touch it."

-Nick Hornby, High Fidelity, 1995:43-44


Con Nick Hornby encontramos las palabras para definir nuestra experiencia. ¿Qué fue primero, la tristeza o la música? Llega un momento, cierto, en que ya no sabemos si lo que vivimos lo vivimos en verdad o sólo lo vivimos a través de una canción... pero también es cierto que hay canciones que nos gustan porque reflejan exactamente la vivencia.

Como regresar a los restos del naufragio. Las cajas, húmedas, han flotado hasta la playa. Son el testimonio de un fracaso.

Habemos quienes escribimos nuestra identidad, la idea de nosotros mismos, en nuestros libros y en nuestros discos. Confiarle a alguien nuestra biblioteca no es cosa sencilla. Llegar de un lugar lejano tras meses de ausencia, con el corazón roto, sin saber ni entender nada. La voz al final de la línea, antes tan íntima, suena extraña. "Tus libros están ya en cajas para que vengas por ellos".

Será tu mejor amigo quien te acompañe como fiel escudero. Y cargarás con el peso de haber querido compartir toda tu historia.

Así Maxïmo Park nos da esta canción que es el equivalente a "Unpacking My Library" de Walter Benjamin: pasar la noche sacando los libros de las cajas, haciendo, como diría Neil Gaiman, la autopsia de un amor.

Por eso se dejarán los libros guardados durante algún tiempo, hasta que se esté más fuerte para enfrentar la radiografía (disco-bibliografía) de la catástrofe.

Libro a libro, disco a disco, dvd tras dvd, te das cuenta que así habías escrito el testimonio de tu vida.

Sunday, June 10, 2007

Somedays, by Paul McCartney


There are songs that even when one's not old enough to remember, make you think what has happened, where you've been, what you've done. Ten years have passed by, and what has happened during this time has shaped you. For bad or for worse. Projects have come and gone. Lovers & friends. Comfort disappears. You seem to be doing fine one Sunday afternoon. You place the cd in the tray and the arpeggio begins. BUM! Right in the middle of your memory! And you have nowhere to move before that bunch of memories that come striking one after another.

Saturday, June 02, 2007

Always for You, by The Album Leaf


Hay nombres que lo definen todo. No son referentes: no significan nada, no sustituyen ni cosas ni sentimientos. Son nombres que, paradoja de paradojas, son indefinibles. No se les puede imponer límites, y sin embargo ellos mismos, como nombres, imponen cercas, rodean la realidad, determinan horizontes. Vamos por la vida acompañados por estos nombres, que en algún momento fueron nombres vacíos, significantes como cualquier otro, y que gradualmente vamos llenando con historias, momentos, texturas, olores y sabores. Los nombres son puntos cardinales: nos dicen de donde venimos y hacia donde vamos. A veces creemos que podemos huir de ellos, dejarles atrás, vaciarlos como se termina una botella de tequila. Después nos damos cuenta que siguen ahí y que los sudamos toda la noche, se evaporan y se vuelven a formar como un ligero rocío alrededor del cuello, en la línea de la espalda. Envidio a quienes son capaces de desintoxicarse de sus propios nombres propios. Los olvidan. Se casan, tienen hijos. No voltean atrás. Cierran el cajón con llave y como por accidente se la tragan. Yo viviría por siempre con el terror de pronunciarlos, como con la indigestión, por accidente, mientras duermo, o en el baño, o mientras se hace el amor. ¿Cómo se podría vivir tranquilo habiéndose tragado la llave que guarda todos los nombres? Es mejor, por eso, portarlos, habitarles, reconocerles. Gritarlos cada vez que aparecen por la piel como una gota de lluvia en día soleado o como el rayo de sol tras cuatro días de oscuridad. Se sabe, nos dice herr doktor, de las tribus que prohiben pronunciar el nombre de sus muertos, por temor a que renazcan y vuelvan a caminar entre los vivos, que pensaban que ya los habían dejado atrás. El exorcisimo es siempre una tentación, pero no soluciona nada. Todos nuestros nombres nos habitan y lo harán por siempre. Si me pudieran ver como realmente soy, sus ojos mirarían todos mis nombres, el cuerpo como mapa. Me he dado cuenta que es mejor así, mostrarlo, encararlo, aceptarlo antes que esconderlo. Somos nuestros nombres y no hay modo de negarlo. Aunque aceptes ese trabajo y le digas que sí a aquella niña, aunque dejes las playeras para el domingo y tu guardarropa se llene de corbatas. Aunque compres ese anillo que pagarás por el resto de tus días; aunque firmes el contrato de ese depa. Mejor ni te disfraces. Porque si no luego, de cualquier forma, como diría el poeta, bastaría la lluvia, y se nos notaría todo.