Los fantasmas se niegan a morir: existen para abandonarnos o ser nuestros nombres escondidos. Decapitados, nos abandonan en las calles que recorremos en la madrugada. Claro que esperamos encontrarlos en cada gesto familiar que reconocemos. Pero la memoria es una ciencia de nombres, de gratitudes que nos salvan y que nos hacen vulnerables. "Estamos como/de otoño//sobre árboles/las hojas" escribio Ungaretti. Cada nombre es que una pasión que nos hunde y nos persigue hasta la muerte. Porque la vida es demasiado menesterosa para encenderse con las hojas de otoño.
Sunday, October 07, 2007
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