Cuenta la leyenda que el disco Changeless de Jarrett fue grabado en dos días y que cada pieza fue interpretada una sola vez; y sólo una vez porque ellas son hijas de la improvisación: ni uno de los tres músicos que en ellas tocan tuvieron partituras que seguir, nada de eso.
El éxito de la improvisación es que la pieza que se toca parece nueva, adquiere una energía única y el escucha se contagia de la destreza y de la frescura de las estructuras. Aquí, sin embargo, ocurre que la improvisación no es un sistema colateral a la estructura base, sino que ella es la estructura. Y esta estructura es emotiva y se pone más emotiva cuando hacia la mitad de la pieza el piano se vuelve agudo y los graves los da el bajo ayudado por el tartamudeo de las percusiones que, a su vez, son el reflejo del repetitivo sonido del piano. Luego de este momento, el piano se tranquiliza, todo vuelve a la calma, una calma momentánea.
Si ustedes quieren escuchar la pieza métanse al blog del evelio, y disfruten.
Endless, by Keith Jarrett
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