Monday, December 18, 2006

Muertos o Algo Mejor, by Christina Rosenvinge


Si, hay canciones que nunca olvidaremos. Que invocarán momentos, que los traerán al presente como una epifanía. Hay cosas tan simples en la vida, como una canción así, cargada de una ingenuidad tan dolorosa como la naturaleza irrecuperable de la infancia.

Hay canciones que hacen cosas. No son sólo decoración o acompañamiento. Tampoco se limitan a provocar un movimiento del cuerpo o a contar una historia. No sólo nos hacen cantar. Quiero decir que hay canciones que hacen cosas, las mueven de lugar, reorganizan el universo que tocan cada vez que alguien pone "play".

Hay canciones que uno dedicará eternamente. Canciones para serenata, pues, que nadie quizá toque en ninguna serenata, pero que son eso, himnos, peticiones, plegarias, oraciones, rituales, ofrendas, poemas para las mujeres amadas. Porque hay canciones que uno hace propias, y que aunque hablen de otra cosa -quizá- cada vez que las escuchamos las dedicamos, las hacemos decir, nos recordamos y nos construimos, nos demolemos y nos recuperamos. Canciones que dedicamos cada vez que las escuchamos porque nos recuerdan quienes somos y quienes fuimos, porque dicen, sin que digan, eso que somos o queremos ser.

Con dedicatoria y todo, pues, esta serenata. Shingao.

No le den de comer al perro flaquito...

2 comments:

a. said...

Todos están por marcharse y yo sólo encuentro las puertas agrietadas.
Gran pieza…
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perdón por estos dedos lentos

Nacho Betancourt said...

...que yo se que se quiere quedar para siempre contigo.

Ella es una gran artista, y bella, me encanta